Aunque dicen que segundas
partes nunca fueron buenas
cuando corren por las venas
emociones iracundas
sugerimos que no cunda
el pánico en la afición;
traemos un corazón
afinado con la gente
que canta a contracorriente
del mercado su canción.
Compartir con Joan Manuel
risas, copas y escenario
fue cruzar a un dinosaurio
con un tigre de papel.
Yo pensaba: ¿Y cómo es él?
hasta que anidó en mi nido
gritando muera el olvido,
cabrón, basta de sonetos,
repitamos el dueto
con pecado concebido.
Golpe a golpe, verso a verso,
las candilejas nos llaman,
mi atroz y su buena fama,
desertoras del Imserso,
dan la cara y su reverso.
Que no se amansen las fieras
si, antes de que en primavera,
muera el último suspiro,
dos pajarracos de un tiro
vuelven a la carretera.
¡Estupenda noticia!
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