jueves, 5 de junio de 2008

Fiel así mismo hasta el final

Desde Mi Tribuna


Leyendo la prensa hace unas semanas encontré este artículo que me gustó de Frank y que he querido plasamarlo aquí:

Rijkaard merece marcharse del Barcelona con todos los honores. Se va del club un técnico que cambió la tendencia de un equipo que iba a la deriva. Bajo sus órdenes el Barcelona se transformó en el mejor equipo de Europa y jugó un fútbol sublime, a la altura del mejor ‘Dream Team’ de Cruyff. Cinco temporadas después, Rijkaard hace las maletas. En ellas se lleva dos Ligas, una Champions, dos Supercopas de España y un señorío presente desde el primer día hasta el último.

Su llegada al Barça produjo dudas. Se ponía en duda su experiencia y capacidad para manejar un vestuario de las dimensiones del Camp Nou (algo parecido a lo que pasa ahora con Guardiola). Todas ellas se acrecentaron con un pobre comienzo de temporada. El equipo tocó fondo tras un 5-1 en la Rosaleda y la posterior derrota en el clásico ante el Madrid por 1-2. El club se llegó a reunir con Scolari. Rijkaard terminó aguantando, dio con la tecla con la llegada de Davids y con un Ronaldinho genial y el Barça hizo una segunda vuelta espectacular para terminar sólo por detrás del Valencia.

Lo que viene después es sobradamente conocido. Dominio del fútbol español e incluso europeo y el Camp Nou disfrutando como pocas veces. Cierto es que se juntaron varios jugadorazos en su plenitud (Ronaldinho, Deco, Etoo, Xavi, Márquez, Puyol…), pero siempre estuvo presente la figura de Rijkaard. El holandés entendió el ideario futbolístico culé y se aferró a él para vencer y convencer. Nunca se bajó del gusto por el buen juego, aunque no siempre lo consiguiera. Mientras, ni una falta de respeto, ni una mala cara, ni una palabra de más. Lo que normalmente se define como señorío le iba que ni pintado.
Cierto es que un equipo que podía haber marcado una época duró tan sólo dos temporadas. En la siguiente, el Barça entró en descomposición y esta campaña directamente se ha hecho trizas. Parte de culpa fue de Rijkaard, pero no menos cierto es que siempre trató de defender a sus futbolistas. No se recuerda ni una coartada estúpida, nunca trató de refugiarse en el mal rendimiento de tal o cual jugador, y no por falta de ocasiones para ello.

No serán pocos los que echen de menos a Rijkaard. Entre ellos probablemente Ronaldinho. El brasileño es casi un don nadie cada vez que juega con Brasil y fue casi un Dios durante tres años en el Barcelona, al amparo de una forma de jugar que potenciaba todas sus cualidades y tapaba sus defectos. Ronaldinho ganó con merecimiento multitud de premios, aunque quizá un trocito de cada uno debiera habérselo regalado a Rijkaard.

Cuando ganó algo siempre estuvo en un segundo plano, cuando perdió siempre dio la cara. El último ejemplo de clase lo dio en el Bernabéu, antes de finalizar la Liga. Se levantó con el resto de futbolistas del Barcelona para aplaudir al Madrid y hacerle el pasillo. Él merece otro.
Un señor deja la Liga. No tarderemos en añorarle.

*************************************************************************

Sólo hay que leer sus declaraciones en la última rueda de prensa como entrenador azulgrana, con la misma clase de siempre, para saber como es Frank. Porque quienes esperaban que Rijkaard pronunciara una palabra más alta que otra, se equivocaron. El técnico mantuvo en todo momento la calma desde el primer momento en una multitudinaria conferencia de prensa. Quitando trascendencia a lo ocurrido, Rijkaard admite que se va del Barça por "los mecanismos del fútbol", por la lógica aplastante de este deporte.

En todo momento, el holandés asumió su responsabilidad en el éxito y en el fracaso y admitió que se sentía "algo nervioso" ante su despedida del Camp Nou. "Nunca me ha gustado demasiado centrar la atención", insistió Rijkaard, que vestía un polo de color azul con un corazón en el pecho y la leyenda 'Amor', toda una declaración de intenciones para lo que expresó después ante los periodistas.
No tuvo ni un sólo reproche para sus jugadores ni tampoco para la junta directiva de Laporta. Asegura que no le han dolido las formas en su despedida y recalcó que lo que realmente le importa son "las cosas bonitas" que ha vivido.

"Asumo mi responsabilidad y eso es una cosa natural. Se habla mucho del presidente, pero él no puede marcar goles. El área deportiva fue dirigida por mí y si los resultados no son los que queremos, qué tiene que ver el presidente con esto".

"Hemos trabajado mucho con el corazón y con honestidad. La gente que he conocido aquí nunca la podré olvidar. Quiero agradecer los momentos vividos, no sólo los éxitos, sino todos".


"Cuando hablo de amistad, hablo de los jugadores que han pasado. No tengo que opinar sobre eso, lo tiene que hacer la gente desde fuera. Estoy muy tranquilo, todo lo que hice fue pensando en el colectivo".

"Si uno quiere aplaudir tiene que hacerlo al club y al conjunto de jugadores. Ahora es complicado, no hemos cumplido con lo queríamos y si hay pitos, que sean también para mí, porque yo soy parte del grupo. Todos estamos en el mismo barco y no quiero ser una excepción en esto".

En cuanto a Guardiola, Rijkaard ha asegurado que lo conoce poco. "Lo respeto mucho. Puede hacer un gran trabajo, es un hombre de la casa. Es una gran persona. Ahora mismo no puedo decir nada más".
Este es Frank Rijkaard. Fiel así mismo hasta el final. Un tipo con clase que se despide diciendo que nunca podrá olvidar la gente que ha conocido aquí. Yo tampoco olvidaré a esa gran persona que un día tuvo la suerte de dirigir al Barça y que contribuyó a continuar la historia de este club.
GRACIAS FRANK

No hay comentarios: