jueves, 31 de mayo de 2007

Noches de tormenta


Es inútil tratar
de aprender a besar
tan cerca ya del fin.
Esas manchas de rímel
en tus párpados gimen
y dejan cicatriz.
Y ya no tiene sentido
discutir quién ha sido
de los dos
el que empezó a flirtear
con las flores del mal
y el desamor.

No sé por qué
las caricias que ayer
conseguían prender
mi excitación
ya no me calman la sed,
la humedad de tu piel se marchitó.

Y no hay palabras que ocupen
el lugar que no supe yo llenar.
Se nos ha muerto el amor,
mejor decirnos adiós sin llorar.

Noches de tormenta...
olvido, lágrimas y alcohol.

Quédate tú con todo
pero déjame solo
con mi soledad.
Qué más te puedo decir,
ojalá seas feliz
sin mirar atrás.

No me arrepiento de nada
tal vez, de madrugada,
el sentir...
cuando te añoren mis huesos
y me duelan los besos
que te dí...


martes, 29 de mayo de 2007

La esperanza de Jane Goodall

Defensora y embajadora de los chimpancés.
Los últimos 100.000 chimpancés del planeta están en deuda con la afamada etóloga británica. Con tan sólo 26 años, fue elegida por el paleoantropólogo Louis Leakey para estudiar a estos animales en su intimidad. Goodall aterrizó en Tanzania, sin sospechar que dedicaría más de 40 años a esos grandes simios objeto de su investigación. Junto a Diane Fossey y Virute Galdikas formó el histórico trío de primatólogas que entregó su vida a los monos. Gracias a su amor por ellos, conocemos comportamientos insospechados y sabemos que adoptan pautas similares a las de los humanos. Premio Príncipe de Asturias por su defensa de estos primates, fundó el Jane Goodall Institute, con sede en varios países, donde reciben cuidados los chimpancés huérfanos, cuyas madres han sido asesinadas por intereses económicos.

Nadie sabe tanto sobre los chimpancés como la zoóloga británica Jane Goodall, que ha pasado cerca de cuatro décadas indagando sobre su vida en el corazón de África. En Tanzania, adonde llegó con 26 años, esta reputada etóloga fue ganándose la confianza de los simios hasta llegar a ser aceptada como uno de ellos, lo que le dio la oportunidad de adentrarse en su mundo y presenciar comportamientos insospechados de estos animales.

Descubrió en su convivencia que los chimpancés, parientes cercanos del hombre, utilizan plantas medicinales, adoptan a crías cuyas madres han muerto, que los machos establecen alianzas políticas para hacerse con el poder dentro del grupo o que son capaces de fabricar herramientas con hojas de los árboles para comer termitas.

Goodall, apodada Lady Chimpancé, ha dedicado su vida a observar a estos animales, a aprender de ellos y a protegerlos. Para ello fundó el Jane Goodall Institute, con sede en Inglaterra, donde reciben cuidados los chimpancés huérfanos, cuyas madres han sido asesinadas para utilizar su carne como alimento o capturadas para venderlas. El mayor de ellos está situado en el Congo, y también hay abierto otros dos en Uganda y Kenia.

Su trabajo comenzó a finales de los años cincuenta, cuando el paleoantropólogo Louis S. B. Leakey la eligió, junto a otras primatólogas de prestigio como Diane Fossey y Birute Galdikas, para estudiar la vida privada de los chimpancés.

Llegó con 26 años a Tanzania pensando que su tarea no le llevaría más que unos meses. Tres décadas más tarde aún seguía allí. Se dio cuenta de que los chimpancés estaban desapareciendo y que no podía quedarse con los brazos cruzados. En África dicen que estos simios son almas misteriosas ocultas bajo las pieles de animales. Y Goodall quedó atrapada en su espíritu, fascinada por su mundo, tan parecido al humano. Tenemos similitudes anatómicas, de distribución del cerebro, del sistema nervioso y comportamientos similares. Incluso nuestra actitud resulta, en ocasiones, más salvajes. De hecho, esta científica si ha de elegir, no siente ningún pudor en afirmar que "prefiere algunos chimpancés a algunos humanos".

A raíz de su trabajo en Tanzania, Jane Goodall se ha convertido en embajadora mundial de los chimpancés. Viaja incansablemente para trasladar su mensaje al mundo. Desde las páginas de sus libros y documentales, desde la tribuna de universidades y colegios de Estados Unidos y Europa, donde imparte regularmente conferencias, hace llamamientos para salvar a estos animales, en grave peligro de extinción: "Sólo si los comprendemos podremos cuidarlos. Sólo si los cuidamos podremos ayudarlos. Sólo si los ayudamos se salvarán".

 

La fortaleza y tenacidad que Jane Goodall oculta detrás de su aspecto de adorable ancianita con su inseparable mono de peluche, es, probablemente, una de las razones por las que todavía existen grandes simios en el mundo.

Su trabajo es un motivo para la esperanza, y sus palabras son inspiradoras. El martes la escuché en Madrid, en un acto de la Fundación Biodiversidad, y quiero recuperar en este blog lo que más me gustó de su discurso. No me refiero a su defensa insuperable de los bosques africanos, ni a la serenidad con la que fulminó a los transgénicos y a sus promotores, ni siquiera a la denuncia sobre los impactos del cambio climático.

Lo que más me interesó de Jane Goodall fueron los motivos que la llevan a continuar con su trabajo ecologista después de tantos años, y de tantas dificultades. No cabe duda que estamos en un momento singularmente difícil: los principales indicadores siguen mostrando la agudización de la crisis ambiental, frente a un reloj que se mueve imparable en una lucha que tiene en el tiempo a un adversario implacable. ¿Tiene sentido, entonces, seguir? ¿Hay algún espacio para el optimismo?

Hay esperanza, dijo, pero no en un escenario de continuidad con el modelo actual, sino de cambio progresivo hacia una nueva relación con nuestro entorno natural.

Los tres motivos de Goodall para la esperanza son: la inteligencia del ser humano, que puesta al servicio de ese cambio puede generar la tecnología necesaria y llevarnos a adoptar medidas para la preservación del entorno; la enorme capacidad de regeneración de la Naturaleza, que se manifiesta, por ejemplo, con la recuperación de los bosques destruidos; y la decisión, liderazgo y entrega que algunos humanos están dedicando a esta inmensa taréa de la preservación del entorno.

¡Ojalá tenga razón!

*Acción: *La destrucción de los bosques en Africa es la principal causa de desaparición de los grandes simios. Oponte a esta destrucción, y siempre que tengas que comprar madera busca que tenga la etiqueta FSC, que garantiza una gestión sostenible del bosque.

Extractos del discurso de Jane Goodall del 18 de septiembre del 2002 en beneficio del Fondo Cougar:

"Tengo una madre maravillosa que me apoya. Ella me anima a seguir mis sueños ridículos de ir a África y vivir con animales porque me enamoré de Tarzán... Todo el mundo se rió de mi pero ella me dijo ‘Si realmente quieres algo, trabaja duro, toma ventaja de las oportunidades y nunca te des por vencido. Encontrarás un camino’"

“Fuí lo suficientemente afortunada como para conocer al recientemente fallecido Louis Leakey, quien me dió esta increíble oportunidad de ir e investigar a los chimpancés salvajes, nuestros parientes más cercanos en el mundo animal... Aquel estudio empezó en los años sesenta y hasta ahora lleva 43 años”.

“Cuando regreso allá, veo algunos chimpancés que conocí en los años sesenta, y a un individuo, cuyo nombre es Fifi. Ella era un pequeño bebé cuando yo llegué en 1960 y ahora tiene cerca de 43 años. Ella es la matriarca de su comunidad y ha tenido una carrera reproductiva muy exitosa”.

“Cuando la miro a los ojos, pienso: “esta gran dama anciana, ésta es mi amiga chimpancé más antigua y ella y yo compartimos memorias que ningún otro ser en el mundo comparte porque no están más allí”. Y cuando la miro a los ojos, yo sé que estoy mirando a los ojos de un ser pensante y sensitivo. Pero nunca sabré qué siente ella por mi. Es siempre un misterio, siempre hay algo que aprender...”

martes, 22 de mayo de 2007

El legado holandés

Desde mi Tribuna

Me gusta el fútbol. Disfruto viendo buenos partidos de fútbol, leo prensa, me compro revistas, me interesa el fútbol internacional, los grandes equipos europeos, sus plantillas, los fichajes, los rumores, tácticas, ligas, mundiales... Y también me gusta el pre y el postpartido. Escucho los halagos a los que lo hacen bien y las críticas, a veces injustificadas e incoherentes, a los que lo hacen mal. Me entretiene que es lo importante. Me parece un deporte muy sano, en el que no se hace daño, no se mata, ni se golpea, solamente se compite. Se compite por ganar, lo que siempre supone un aliciente, es un buen deporte, sano, como tantos otros.

Sin embargo, lo que realmente me gusta es sentarme en mi casa o ir al bar y degustar un buen partido de fútbol. Disfruto viendo jugar bien al fútbol, igual que lo hago cuando escucho una buena canción o veo una buena película. Y es en esto en lo que reconozco que me considero con suerte de ser seguidor del equipo que posiblemente lleva a su máximo exponente aquello del buen fútbol. El Fútbol Cub Barcelona.

Es difícil apostar por un club o por una selección de fútbol que la mayor parte de los años haga una apuesta tan descarada por salir a un campo de fútbol a demostrar que son los mejores, que quieren ganar (esto es lo común en todos los equipos) pero además haciéndolo con un modelo, con un estilo de fútbol. Un estilo que le dice al rival estos somos nosotros y así jugamos al fútbol. Y es aquí dónde llego a la raíz de este asunto: el legado holandés.

Mirando un poquito hacia atrás, y dejando de lado toda la historia del fútbol en blanco y negro(Alcántara, Zamora, Samitier, Kubala, Luis Suárez, y Guerra Civil incluída), llegamos al año 1971 en el que llegó a Barcelona Marinus Michels. Un entrenador conocido por su disciplina y seriedad. Míster Mármol, aportó una nueva mentalidad, otra forma de ver el fútbol. Lo hizo en la liga española y lo hizo con la selección holandesa. Con el Barça ganó una copa de ferias y una liga en la que siempre se recordará por el 0-5 del Bernabéu aplaudiendo aquella exhibición. Rinus Michels no sumó muchos títulos, pero logró algo impagable a dia de hoy. Un estilo de juego, un manual de cómo salir al campo a divertirse, a tocar el balón y a que éste corra más que el jugador. Y no sólo lo hizo con el Barça. Se pueden ver los vídeos de partidos de la Selección de Holanda de 1974, aquella Naranja Mecánica que llevó a cabo el fútbol total, y que se quedó a las puertas de besar la gloria.

Después de aquellos años, el Barça siguió jugando, y siguió ganando, como cualquier equipo grande, que poco a poco va sumando títulos. Incluso se vieron épicas remontadas como contra el Anderlecht en la final de la Recopa, la invasión de Basilea, o la llegada de magníficos jugadores como Quini, Schuster o el D10S Maradona, Líneker, y un largo etc. Pasaron también buenos entrenadores como Rifé, Helenio Herrera, Menotti,Venables o Luis Aragonés. Pero desde finales de los 70 hasta finales de los 80 el Barça perdió lo que le había hecho ser grande: su identidad. Se jugaron cientos de partidos, y estoy seguro que ganaron muchos, empataron menos y alguno que otro perdieron. Y sumaron títulos. Y los aficionados disfrutaron como disfuta cualquier aficinado cuando ve a su equipo alzar algún título importante. Pero quizá se dejó de ser fiel a ese patrón que Michels logró establecer años atrás.


Tuvo que ser el mejor de sus discípulos quien regresara a Can Barça para reinventar la segunda versión del fútbol total. Obviamente hablamos de Johan Cruyff. El elenco de jugadores que el aficionado barcelonista pudo disfrutar están en mente de todos, los títulos que se consiguieron también. Se trazó un largo camino de seis años en el que se forjó el Dream Team, el que posiblemente es el mejor equipo del Barça en sus 109 años de historia. Aquel equipo maravilló al mundo entero, igual que años antes lo hizo el Milán de Sacchi. Y su ciclo terminó, pero al igual que hizo el Barça de Michels, el Barça de Cruyff dejó en la retina de los aficionados al fútbol ese sabor diferente de jugar al fútbol. El aroma de disfrutar jugando, lo que cuesta tanto ver en cualquier terreno de juego hoy en día. Johan logró cuadrar el círculo: ganar jugando.



El adiós de Cruyff pudo ser el final de una era, el volver a caer en el error de apostar por otra manera de jugar para ganar, y seguir ganando, posiblemente mucho menos, como por ejemplo fue la temportada de Bobby Robson, con Ronaldo como máximo exponente. Aquella temporada, 1996-97, el Barcelona ganó tres títulos y se marcaron muchos goles, pero posiblemente al final de aquella temporada la afición barcelonista marcó un punto de inflexión en la historia del club.
La afición quería ganar (como todas) pero quería ganar jugando bien, porque sabía que se podía hacer y que posiblemente era el camino mejor para conseguir el mayor número de éxitos. Y así se quiso continuar con la tradición holandesa, con el volver al fútbol con extremos, a la entrada por bandas, a la circulación rápida del balón, a los rondos, al juego colectivo, al achique de espacios, a la presión para recuperar el balón lo más adelante posible, al toque y toque (o tiqui taca) en el centro del campo, a jugar siempre de una misma forma, sea cual sea el rival.
Este momento de cambio del verano de 1997 (¿Te acuerdas Luisito?) pude verlo en el Nou Camp, presentación del equipo con casi 110 mil personas en el estadio con una sola idea: la ilusión de un proyecto que gana y da espectáculo.
Y se continuó ganando, a pesar del carácter de sargento de hierro de Louis Van Gaal.

Y después llegó una época oscura en la historia del club, con entrenadores que en principio podrían ser válidos, pero que no calaban en la masa social. Hasta que con multitud de cambios en todos los estamentos del club se volvió a apostar por la escuela holandesa, por un tipo desconocido en los banquillos que lo fue todo como jugador de fútbol. Frank Rijkaard. Y tras unos comienzos complicados, el fútbol y los resultados vuelven a estar ahí. El Barça como la referencia del equipo que hace mejor fútbol en Europa.

En conclusión, en el fútbol, con multitud de pequeños detalles que definen partidos, con errores y aciertos en los fichajes, con o sn lesionados, con suerte o sin suerte, tengo claro una cosa: no siempre se gana, porque es imposible ganar siempre y porque en fútbol, uno más uno muchas veces es dos pero dos más dos raras veces suma cuatro. Se suceden las temporadas y se observa que unas veces es un equipo el triunfador y otras veces otro. Pero si leen el palmarés de los títulos ganados en los últimos años de un equipo que juega bien al fútbol y se compara con cualquier otro, el resultado será incontestable. Ese equipo que ha marcado un patrón de juego, un estilo, una forma de salir a competir al campo es el que ha ganado más y el que se acaba recordando en la retina de cualquier buen aficionado al fútbol. Y si además ha sabido conjugar el buen juego con victorias, y títulos, por tanto, ese será el equipo que habrá sabido marcar las verdaderas diferencias, las que quedan en la retina y memoria de los aficionados.

Personalmente soy de los que no dudan que el buen juego es el que acaba dando los mejores resultados. Se pueden perder batallas, pero a la larga, miren el palmarés de los años que estuvo jugando ese equipo. Por eso yo apuesto por por el buen fútbol, por lo que me hace disfrutar frente al televisor de mi casa. En definitiva apuesto por el Barça, por la escuela holandesa y por su legado.

jueves, 17 de mayo de 2007

Thor

Thor, Thoro, Thory, Thorete, Thorín, Totti, Totete, Totito, Perrotta, Ratita, Nene, Viejo... Todos nombres válidos para llamar a este ser entrañable. Una de mis debilidades que no la cambiaría por nada del mundo.

Se puede comprobar la devoción (¿mutua?) que existe entre Thor y yo.
Y también lo feliz que es jugando con su pelota. Aquí lo vemos esperando a que se la tire, alerta y meneando el rabo. Ahí donde lo ven, tiene 12 años y 6 meses, es decir, unos 80 años humanos. Disfrutar de él y con él es uno de mis mejores hobbys.

Serrat & Sabina : 'Dos pájaros de un tiro'.


Una suma es algo que acaba siendo una respuesta y empieza siendo un misterio. Así que por ahora, lo único que Serrat más Sabina puede dar como resultado es un millón de preguntas: ¿Qué van a hacer? ¿Cómo mezclarán en el escenario? ¿Qué repertorio ofrecerán? ¿Qué músicos van a acompañarlos? ¿Cantarán juntos?...

Sabina más Serrat juntan dos eses, igual que la sorpresa, pero todas las personas que vayan a ver sus conciertos lo harán caminando sobre seguro, tanto por lo que saben que tienen ganado de antemano como por lo que saben que van a ahorrarse: la poesía, el talento y la emoción son buenas para el espíritu y son lo contrario de la música basura, que engorda pero no alimenta.

Como la gira se llama "Dos pájaros de un tiro", seguro que a sus seguidores les intrigará no sólo qué va a ocurrir cuando esta doble pareja de eses y jotas cante a dúo, sino, sobre todo, que va a pasar cuando se cambien las canciones: ¿A qué sonarán 'Y sin embargo' o 'Eva tomando el sol' en la garganta de Joan Manuel? ¿Qué va a hacerles Joaquín a 'Esos locos bajitos' y 'No hago otra cosa que pensar en ti'? ¿Se imaginan a Velázquez pintándole una menina a Goya en La maja desnuda?.

No creo que los espectadores que vean a Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina salgan de los conciertos con la sensación de haber matado dos pájaros de un tiro. Me juego algo a que es justo al contrario: se van a ir a casa seguros de que ese pájaro de dos cabezas está más vivo que nunca y que las canciones que sus dos mitades compusieron a solas han vuelto a ser compuestas por primera vez en cuanto se han juntado. Qué lujo.

"Ser tú fue un poco más que transformar / mi casa en tus talleres. / Cantar canciones de otro es tantear / su vino, su tristeza y sus mujeres."




miércoles, 16 de mayo de 2007

La peor de las fieras

­Veo un país que ha progresado. Pero, por otro lado, veo un deterioro del paisaje y un destrozo de la cultura que no creo que sea necesario. Se trata de un amor al dinero, no un amor a la cultura, con el único objetivo de mejorar la economía. Se podría decir que se ha mejorado, pero se ha dejado atrás tierra quemada. Se camina hacia una cultura más global, que es humo para mí, se trata de grandes cifras para el gran capital. Y mientras, la gente llana pierde su cultura, su idiosincrasia. ­El sistema es una fiera que lo devora todo y lo transforma para beneficio propio, de modo que todo movimiento contracultural lo transforma en una cultura de consumo y de ocio. Pero hay valores que no se pueden comprar, como la lealtad y la generosidad. Es de sentido común que el mundo es finito y que hay que preservar el medio ambiente. El ser humano no sólo necesita objetos materiales, su alma necesita otras cosas que, si se pierden, no volverán. Esto va más allá de ideas políticas y de tendencias.

martes, 15 de mayo de 2007

Yo, mí, me, conmigo, y con vosotros

Lunes 14 de mayo de 2007. Hoy nace este pequeño gran blog. Pequeño porque no será más que cualquiera de los cientos de miles que se pueden encontrar publicados por Internet. Sin embargo será grande porque es mío, porque hablará de mí, sobre mí, para mí. Me hará pensar, reflexionar en mí mismo y en todo aquello que me apetezca plantear y escribir en él. Quizá me ayudará a conocerme más, me alegrará y me enfadará, me gustará y me desencantará, lo veneraré y lo odiaré, pero siempre tendré la oportunidad de ser su dueño, de mostrar al mundo lo que de verdad me importa. No será nada más, algo sencillo y bello, como flotar en una verde pradera, mirando al azul del cielo y escuchando el estallido de las olas rotas en el acantilado...
... y todos estáís invitados a disfrutar de él.
Alberto Bailador Montes