Se puede comprobar la devoción (¿mutua?) que existe entre Thor y yo.
Y también lo feliz que es jugando con su pelota. Aquí lo vemos esperando a que se la tire, alerta y meneando el rabo. Ahí donde lo ven, tiene 12 años y 6 meses, es decir, unos 80 años humanos. Disfrutar de él y con él es uno de mis mejores hobbys.
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