Odio la ensalada de verano y las luces amarillas que alumbran el extrarradio. No soporto las tulipas de las lámparas que anidan en las mesitas de noche cada cuarto. Odio las neveras donde nunca hay nada aparte agua del grifo en botellas de cocacola. No soporto a la gentuza que tiene perro en invierno y en verano va a la calle porque sobra. Odio a los violentos que golpean encubiertos por la ley a sus familias en sus casas. No soporto los mosquitos ni las ratas y el olor a sucio del que no se lava. Odio al que se juega sin escrúpulo ninguno su sueldo en una máquina del bar. No soporto a los que acuden los domingos a la iglesia y luego el lunes son peor que Satanás.
No me gustan las cadenas ni los lazos no me gustan las fronteras ni visados. No me gustan los anzuelos ni las balas ni la ley sin la justicia en el que manda. Qué le voy a hacer si con razón o sin razón aunque tú me des la vuelta tengo el mismo corazón. Qué le voy a hacer si con razón o sin razón y aunque tú me des la vuelta tengo el mismo corazón.
No soporto a los que dicen la letra con sangre entra con la sangre yo no pienso negociar. Odio a los torturadores pistoleros y asesinos les deseo cien años de soledad. No soporto a los que hablan siempre a gritos por el móvil nada más aterrizar el avión. Odio a los gallitos de gimnasio porque siempre desprecian mi sudor.
No me gusta que me obliguen sin brindarme explicaciones de porqué si o porqué no. No me gusta ni que humillen a los toros ni la caza con hurón. Qué le voy a hacer si con razón o sin razón aunque tú me des la vuelta tengo el mismo corazón. Qué le voy a hacer si con razón o sin razón y aunque tú me des la vuelta tengo el mismo corazón.
No soporto a los ases del volante que a volar a dos cuarenta le llaman su factor riesgo. Me parecen reprimidos y egoístas porque exponen mi pellejo y tu pellejo. No soporto a los perros de la guerra porque se corren disparando su cañón. Odio a los discjockeys asesinos porque siempre me joden la canción.
No me gustan las cadenas ni los lazos no me gustan las fronteras ni visados. No me gustan los anzuelos ni las balas ni la ley sin la justicia en el que manda. Qué le voy a hacer si con razón o sin razón aunque tú me des la vuelta tengo el mismo corazón. Qué le voy a hacer si con razón o sin razón y aunque tú me des la vuelta tengo el mismo corazón
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2 comentarios:
El odio no conduce a nada, nunca...
Es verdad, odiar es poco bueno. Pero yo hay cosas que detesto, y se puede decir que "odio".
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