Como sabéis los que consultáis mi blog, "Desde Mi Tribuna" constituye un pequeño y humilde rincón que trata sobre muchas de las cuestiones que afectan al Barça, y muy de vez en cuando a otras cuestiones que me apetece destacar del mundo del fútbol. No en vano "Desde Mi Tribuna" no deja de ser como la columna que tienen en sus periódicos muchos llamados periodistas o comentaristas deportivos. Si comparan la calidad de los artículos escritos en ellos, la diferencia entre los suyos y los míos es inexistente. Hagan la prueba. En cualquier caso, yo tengo estudios superiores y una formación académica de más de 5 años... Ellos igual más, quien sabe.
En el día de hoy no era mi idea inicial escribir este artículo, sino que quería hablar de la decepcionante temporada del Barça a lo largo de todo el año. Como buen culé, barcelonista y aficionado al fútbol he visto prácticamente todos los partidos del Barça este año, por lo que puedo ser crítico con el equipo como el que más, y además con conocimiento de causa. Pero esto lo dejaré para el siguiente artículo. Serán las notas finales de cada jugador y de todo el equipo en general... Pero eso será la semana que viene.
Ahora me apetece destacar las siguientes "anécdotas" acontecidas a lo largo de la última semana, por supuesto anécdotas con diveras connotaciones:
1. Entiendo que Samuel Etoó se borrara del partido del Bernabéu. No quería escuchar la cantinela de "Etoó cabrón saluda al campeón". Si estuviera en su pellejo es probable que hubiera hecho lo mismo. Ahora bien. La directiva presidida por el presidente Laporta le obligó a rectificar 24 horas después porque es evidente que cometió un error. Sigo esperando las disculpas del capitán del equipo blanco, el número 7, que no de España, cuando en pleno éxtasis de celebración gritó reiteradas veces "¡Barça, Barça, mierda!".
2. Schuster parece ser buen entrenador. Ahora, es un tipo que ha demostrado que no sabe ganar. Celebró el título de liga haciendo ese bonito gesto de corte de mangas a la afición del Osasuna. Ver para creer. Y ha ganado la Liga. Cuando quedó eliminado nunca asumió sus errores. La culpa, adivínenlo, del árbitro. Y esta es la actitud de un equipo que ha ganado la Liga. Si no sabe ganar yo me pregunto ¿sabrá perder? Cuando vengan maldadas quiero escuchar sus reacciones. Tiempo al tiempo.
3. El pasillo que hizo el Barça ayer fue un gesto deportivo en el que desde Madrid siempre se buscó la humillación en vez de la deportividad. Como casi siempre, hubo alguien que estuve a la altura. No es otro que Frank Rijkaard. Fue el primero que se puso allí donde todos los flashes se disparan. No era su obligación y nadie le habría reprochado que no se pusiera allí. Pero lo hizo. Y eso le honra. Se le puede discutir como entrenador, para mí un gran entrenador, pero desde luego su actitud en 5 años ha sido intachable. Un señor de los pies a la cabeza. Y lo digo después de haber caído de una forma indignante en el Santiago Bernabéu.
4. Pero el famoso pasillo no fue lo malo. Lo peor vino después. En este punto poodría utilizar demasiados adjetivos tales como indignante, vergonzoso, patético...
5. Y después de criticar a mi equipo como se merece, que no se olvide en todo este esperpento el nombre del hombre de negro. Pérez Burrull, el árbitro, el que ha de impartir justicia, se unió a la fiesta. De hecho no sé como no se puso a aplaudir también en el paseillo. El resultado fue 4-1. El primer gol precedido de falta clarísima de Guti. El de negro a 5 metros. No la quiso ver. Había fiesta y era perfecto empezarla así. El segundo Sergio Ramos se tira al borde del área. Piscinazo antológico. El linier a 5 metros pita falta. Gol. Eso sí, la defensa del Barça pasando del tema. Que siga la fiesta. Y el cuarto gol de penalti. De esos que no se sabe si son o no son. Intención, no intención. Pegadas o no pegadas al cuerpo. Para protegerse o no. Si es penalti al menos que lo sea para todos por igual. Sin ir más lejos, que se lo digan al pobre Osasuna, donde unas manos idénticas no fueron consideradas como infracción. Y jugándose la permanencia en 1ª División. Realmente, como dice Santi Nolla, no hacía falta mostrar tanta adhesión inquebrantable a la celebración del título blanco.
Tocaba fiesta y había que contribuir. El Barça lo hizo desde el primer minuto. El de negro días antes vaticinaba goles. Menos mal que no hizo porra, sino es probable que hubiera acertado. De todas formas después de ver a el presidente de la Federación, es decir, el que manda, vestido con la camiseta de un determinado club... Son pocas las cosas que pueden resultar extrañas. Y es que hay que ser poco hábil, por utilizar un eufemismo, para tener la cara dura de aparecer así vestido (Ver foto. Por cierto, no es un montaje. No he querido poner la portada tan evidente que hizo el diario As de semejante cuestión, con un ¡Hala Madrid! explicándola). Como para no ser mal pensados.
Eso sí, el Barça, mi querido Barça, ridículo. Y es que cuando se juega sin alma, sin orgullo, sin motivación y sin compañerismo lo normal es perder. Y de la forma en que lo hicieron. Al menos no fue la manita que con el 2-0 y la actitud de los jugadores pintaba.
Ahora toca levantarse, y para eso hay que haberse caído antes. Pero de momento os dejo la siguiente imagen, representativa del siguiente artículo que dedicaré a este fantástico club de mis amores.
Hoy toca lamentarse, y este artículo constituye mi lamento. Pero pensando en lo mucho y bueno que todavía nos queda. Y lo que está por venir. Es la grandeza de este club. Del deporte en definitiva.
Nos vemos en la próxima
3 comentarios:
Muy interesante tu artículo. Una mezcla de crítica que toca muchos palos importantes. Cojonudo lo de Villar y lo de la celebración de Raúl. Conviene recordarlo.
Escribes bien del Barça, y no soy precisamente seguidor culé.
Sigue con ello.
¿Qué pasa, Lucas?
Tras leer tu acertada columna de opinión, me gustaría centrarme en Frank Rijkaard. Un tipo grande, grande, grande. Como futbolista y como entrenador. Un auténtico señor, deportivamente hablando. Intuyo que como persona, también. Entiendo que ha acabado un ciclo (no descarto que en un futuro más o menos lejano pudiera regresar: sé que se le recordará con agrado y sí, a veces segundas partes son buenas). Me recuerda a Vicente del Bosque. Entrenador nada caprichoso que nunca pide imposibles, sino que mima paternalmente y potencia las virtudes de cada jugador. Cuando veré a alguien así dirigiendo a mi Atleti, un amante de la creación y no de la destrucción, un amante del balón y no del pelotazo, un amante de los jugones libres y no de los militares esclavos (y creo, por supuesto, en la disciplina). Me llevaría una alegría si sonara para los colchoneros. Y si le dejaran hacer los dictadores del Manzanares. En cualquier caso, supo administrar el regreso del Barça a la élite tras el terremoto Gaspart. Espero que finalmente nos veamos en la Liga de Campeones (aunque últimamente puedan ganarla quienes no han sido triunfadores en sus propios campeonatos -¡puto dinero!-). Un abrazo. Y a por Torres, a quien el Camp Nou le viene como vagina al falo. Un abrazo.
Óscar
Al caballero Rijkaard le dedicaré a él solito un artículo, porque además de buen entrenador y de un tipo que me cae fenomenal, le vamos a acabar echando de menos. Si no al tiempo. Espero que el domingo contra el Mallorca el público sepa agradecerle lo bueno que ha hecho por este club.
Abrazo.
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