martes, 12 de febrero de 2013

NO a la tauromaquia como BIC

NO a la tauromaquia como BIC (Chesús Yuste, Diputado de CHA, La Izquierda de Aragón)

Sra. Presidenta, Señorías:

Con 6 millones de parados, con centenares de miles de familias desahuciadas, con recortes brutales en sanidad, educación o dependencia… y el PP hoy reclama una inyección de dinero público para matar toros. Esa es su prioridad en este Pleno: el PP, que todavía gobierna España, cree que hay que acudir al rescate de la tauromaquia, pero no de las personas amenazadas por los desahucios. Oigan, ¿lo han pensado bien? ¿Están seguros del mensaje que están lanzando a la sociedad? ¿Pan y circo? Que el derecho a la vivienda está consagrado en la Constitución, ¿eh? Y la tauromaquia no.

Con todo el respeto que me merecen los ciudadanos que utilizan la vía de la Iniciativa Legislativa Popular y que defienden legítimamente sus intereses, por muy minoritarios que puedan ser, tengo que empezar expresando la extrañeza ante el cúmulo de problemas formales que presenta esta iniciativa, y que no son baladí. La intención de la proposición de ley es directamente inconstitucional, por invasión de competencias autonómicas. No me voy a extender en argumentos que ya ha explicado muy bien la Sra. Surroca [portavoz de CiU]. Además, el procedimiento elegido no se adecúa a la legislación vigente. Los BIC no se declaran por ley. Además, conviene que sepamos que esta ILP está impugnada ante el Tribunal Supremo y hubiera sido más prudente haber esperado a la sentencia antes de incluir este debate en el orden del día. Por lo que pueda pasar.

Pero tampoco deben extrañarnos estas irregularidades dado el trato de favor que han recibido los promotores de esta iniciativa. Basta ver la recepción con alfombra roja por el Presidente de esta cámara, algo absolutamente excepcional… Evidentemente esta ILP ha contado por el respaldo del PP desde el principio. Y ya sabemos que, como cantaba La Bullonera: “Al que tiene padrino le ponen silla. Los demás de la fila van de rodillas”.

Pero, además de las razones formales, que, como pueden verse, no son peccata minuta, hay muchas más razones: de fondo, económicas, políticas, éticas y morales.

En realidad, basta con leer el texto articulado para comprender que el único objetivo de los promotores realmente no es cultural: es económico. Apropiarse de dinero público; el resto de los artículos es relleno. Resulta evidente que la tauromaquia ha perdido el gusto del público, que ha abandonado los ruedos masivamente. Hace años que las corridas de toros ya no son rentables, y que han dejado de ser el tan cacareado “segundo espectáculo de masas de España”.

Los datos del propio Ministerio son demoledores. Desde 2007 hasta 2012, los espectáculos taurinos se han reducido en un 54%. La caída es espectacular. Y esa tendencia se acentúa cada año que pasa. Igual ocurre con el público asistente. Las empresas taurinas se quejan amargamente, porque “nadie va a los toros”. Según la última encuesta de hábitos culturales y de ocio de 2011, solo el 8% de la población ha ido alguna vez a algún espectáculo taurino. La corridas de toros es la actividad de ocio menos practicada por los españoles. ¡Va más gente a ver exposiciones! ¡Va más gente a escuchar conferencias que a los toros! Cualquier cosa tiene más público.

Los propios especialistas no tienen más remedio que reconocerlo. Como González Troyano, que no le da más de 15 o 20 años de vida a la tauromaquia. Y cito sus palabras en una reciente entrevista: “La Fiesta de los Toros no es un espectáculo popular de masas. Los toros exigen una sensibilidad muy distinta a la contemporánea. Los toros están históricamente abocados a desaparecer. En 10 años de clases en la Universidad de Sevilla no he visto ningún estudiante interesado en la tauromaquia.”

Precisamente es esta situación agónica la que ha motivado la ILP. Sus promotores pretenden que su negocio obsoleto pase a considerarse como un producto cultural para poder beneficiarse de subvenciones públicas y de privilegios fiscales. Es así de sencillo: el sector necesita una inyección de dinero público porque la gente no va a las plazas. Señorías, ¿vale la pena destinar dinero público para que una minoría muy reducida continúe organizando corridas de toros? ¿Qué pensará la troika? ¿Que en España se recortan las pensiones, la educación, la sanidad… y se gastan el dinero de los contribuyentes en corridas de toros? Estos españoles están majaretas. No cabe otra explicación. ¿Pero a este Gobierno no le preocupaba tanto la marca España y la imagen de España y el quedar bien ante los mercados internacionales? Pues parece que no. No me imagino a Draghi, a Merkel y a los hombres de negro rescatando la economía española para financiar no programas de crecimiento, no la creación de empleo, no el estado de bienestar… sino un espectáculo público donde se matan animales. No me lo imagino.

Si ya no les preocupa tanto cómo nos ven desde fuera, ¿les preocupará al menos la opinión de los españoles? Pues tampoco. El gusto por la tauromaquia es muy minoritario. Y ese balón de oxígeno con dinero público que se pretende poner en marcha con esta proposición de ley se ha encontrado con el rechazo masivo de la sociedad española. Así lo constatan con rotundidad las encuestas realizadas al respecto.

No se engañen, el dinero es la única razón de ser de esta ILP. Lo demás es relleno. Por ejemplo: «Instar la declaración de la Fiesta de los Toros como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO». Instar: Para instar no hace falta una ley, es un contenido propio de una Proposición NO de Ley. Se puso aquí para rellenar y para intentar darle una pátina presuntamente cultural a la tauromaquia. Pero hasta los promotores deben de saber, a estas alturas, que ese objetivo es imposible. Mencionarlo en la ley es, por emplear un lenguaje a su gusto, un brindis al sol. La propia responsable de perseguir ante la Unesco la declaración de la tauromaquia como “patrimonio cultural inmaterial” de la humanidad, Beatriz Badorrey, en noviembre de 2011, advertía que en la Unesco “no les gusta la muerte y no conciben cómo en un arte puede estar por medio la muerte del animal. Va a costar mucho argumentar la muerte del toro”. Acaba la cita. Es imposible que la Unesco declare las corridas de toros patrimonio de la Humanidad, porque no encajan ni en el espíritu ni en la letra de los requisitos que se exigen. Las corridas de toros son una fuente de educación en la violencia y no transmiten valores de respeto hacia los seres vivos, sino todo lo contrario. Nadie en su sano juicio elevaría la crueldad y el sufrimiento a la categoría de Patrimonio de la Humanidad.

Otro objetivo es «que los menores de edad puedan acceder al conocimiento de» lo que denominan «cultura taurina de forma libre y espontánea»; parece ser la forma light para colar la tauromaquia en los colegios. ¿Pero qué es eso de la cultura taurina? ¿Aprender a torturar a un animal?, ¿a ver la belleza en su sangre derramada y en su incapacidad para mantenerse en pie? Pero ¡si ni siquiera deberían entrar menores de edad a las plazas de toros! Les falta clientela y quieren adoctrinar en la escuela para intentar ganarse el público del futuro. Realmente patético. Desde luego, sustituir Educación para la Ciudadanía por Educación para la Tauromaquia podrá ser un chiste, pero nunca una ley, ni siquiera en la España de Rajoy.

Similares cosas podríamos decir de la intención de «crear materias universitarias sobre la cultura taurina».

Vivimos años de enormes recortes en los presupuestos de cultura. En dos años, los recursos para la cultura se han reducido a la mitad. Las industrias culturales y los creadores están desamparados del apoyo público. Las bibliotecas no tienen dinero para libros y encima cierran los sábados. ¿De dónde va a sacar este Gobierno el dinero para las corridas de toros? ¿Van a tener el cinismo de detraer fondos que deberían fomentar la cultura de verdad para derivarlos a este espectáculo cruento basado en el maltrato animal? ¿Pero Uds son conscientes de lo que pretenden hacer?

La exposición de motivos merecería un debate monográfico para replicar tantísimas frases que dicen ser “indiscutibles”. Pero me limitaré a refutar los datos, no las opiniones. Para demostrar la importancia socioeconómica de la tauromaquia sus promotores han pretendido apropiarse de todo lo que supone la dehesa y todo el sector ganadero e incluso más allá. Llegan a decir que la tauromaquia como sector económico supone el 2,4% PIB. ¡El 2,4! ¿Pero saben lo que están diciendo? Por favor no mientan. Si todo el sector agrario y pesquero supone un 2,7% PIB español, un 2,7, ¿cómo va a suponer el toro el 2,4%? Un poco de rigor, por favor, que esto se ha publicado en el BOCG. Imagino que, en consecuencia, también serán muy exageradas las cifras de empleo, millones de euros, etc. No las tengamos en cuenta. Es fruto de su desesperación ante el final de una era.

Los promotores sí parecen haberse dado cuenta que queda mal que pidan abiertamente dinero público. Por eso han centrado su mensaje estos días en el conflicto territorial. Mal haríamos si se hiciera un debate entre nacionalistas. Sr. Cantó: La respuesta de la coherencia es la que da Iniciativa per Catalunya Verds-EUiA, que rechazan las corridas y también los embolats y los capllaçats.

Sres. del PP, Uds pretenden puentear los acuerdos democráticamente adoptados por dos CCAA (no una, dos), Canarias y Cataluña, que han abolido la tauromaquia en sus territorios. Pero no engañen a su propia gente: esta ley no va a devolver los toros a Canarias o a Cataluña. Uds van a provocar un conflicto, pero es imposible que el Tribunal Constitucional les dé la razón. Y lo saben.

Tenía muchas citas, pero me quedo solo con dos. Como decía aquel insigne aragonés, hombre de ciencia, Premio Nobel de Medicina, Santiago Ramón y Cajal: “Me enorgullezco de no haber figurado nunca entre la clientela especial de las corridas de toros”. Para nuestro Grupo Parlamentario solo la apuesta por la ciencia, la educación y la cultura de verdad nos podrá ayudar a salir de la crisis económica, social y también moral que padecemos.

No podemos olvidar tampoco las palabras de otro aragonés, Joaquín Costa, prócer del regeneracionismo, ahora que necesitamos otro impulso regeneracionista, que escribió en 1894: «La crueldad hacia los [animales] irracionales hace el corazón insensible a los sufrimientos de los hombres. Las corridas de toros son un mal inveterado que nos perjudica más de lo que muchos creen y de lo que a primera vista aparece, desde la perversión del sentimiento público hasta el descrédito del extranjero, hay una serie tétrica de gradaciones que nos envilecen.»

Concluyo ya: Señorías, nuestro Grupo va a votar No a la toma en consideración de esta ILP, por inconstitucional y, sobre todo, por entender que no puede destinarse dinero público a espectáculos donde se consagra el maltrato y la muerte de animales. No podemos permitir que estos espectáculos distraigan recursos públicos que deberían destinarse a apoyar la cultura de verdad.

Muchas gracias.