Paradigma Guardiola

Puede que la más brillante victoria de la primera época de Guardiola como entrenador del FC Barcelona sea su forma de caer derrotado. En cada ocasión que sucedió, y fueron pocas, su equipo se mantuvo fiel a la línea previsible de ataque y posesión de balón. Para vencerlo, había que negar el juego. Todos los jugadores rivales encerrados en su propio campo, conviertiendo en épica la destrucción del juego del Barcelona, la resistencia a sus ataques. Una, dos, tres líneas defensivas, donde delanteros insignes, ya fueran del Chelsea o del Inter o del Real Madrid, se transformaban en zagueros esforzados, arremangados, achicando el agua de una inundación de juego frente a ellos.

Perder así engrandecía la apuesta.  Las victorias, casi siempre en finales rotundas, engañaban al ojo del espectador, que las percibía como fáciles, sin esfuerzo, trámites de una superioridad apabullante. Por eso perder era tan importante: retrataba la dificultad de la gloria, convertía en estimulante la fidelidad a una forma, a una estética. En un deporte donde la dictadura del resultado convierte a casi todos en oportunistas, traidores, incoherentes, populistas... ese Barcelona se alzaba como un monumento románticos, donde la declaración sentimental que precede al asalto se preserva en todo lance, por adverso que sea. (...)

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La verdadera felicidad...

"La verdadera felicidad es el amor a la vida, y esto incluye los momentos desagradables. Lo sabio es amar la vida y no simplemente la felicidad, porque quien ama la felicidad sólo amará la vida en los momentos de alegría."

                                                                André Comte-Sponville

La lanzas que asesinan a Volante

Crueldad, egoísmo, ignorancia, apatía y cobardía. Esas son las cinco lanzadas españolas que te matan Volante.

Vivo en un País infestado de pancistas, donde el analfabetismo moral de buena parte de sus ciudadanos, unido al desinterés por todo aquello que no les afecte, y adornado por una pusilanimidad que se está convirtiendo en marca de identidad, hacen posible que un acto violento, sádico, sañudo y rastrero, cuyo resultado es la tortura y muerte de un animal con capacidad para sentir, auspiciado por instituciones públicas, subvencionado con dinero de todos y bendecido por la Iglesia , no se pueda impedir pocas horas antes de ser perpetrado.

Hoy, políticos que atesoráis las cinco lanzas en vuestra moral, permanecéis callados ante nuestros gritos por la razón, la justicia y la sensibilidad. Mañana, segundo martes de septiembre, tampoco hablaréis a las once de la mañana, mientras Volante es alanceado por una horda babeante, sudorosa y borracha de furia. Después, sé que continuará vuestro silencio miserable, incapaces de explicarnos los motivos por los que lo habéis permitido, y sin ética ni redaños para evitar que el próximo año vuelva a ocurrir.

 

Habrá dos manos aferrándose en cada pica que se clave en el cuerpo de Volante: la de un lancero y la un político mezquino y achantado. Pero no podréis seguir atravesándonos indefinidamente a nosotros para asesinarlo a él, porque os juramos que nos vamos a seguir interponiendo entre vosotros y vuestra víctima. Con todo el dolor y las lágrimas, pero con toda la rabia y coraje, porque nos sobra aquello que a vosotros os falta.

Escrito por Julio Ortega Fraile. (Apoyado por Alberto Bailador Montes)

Volante, también va por ti. España me da cada vez más asco

Recuerdo a Valentón, después fue Moscatel, luego Platanito, el año pasado Afligido y este será Volante.

" Otra vez más en este asqueroso país aconteció un hecho tan salvaje como denigrante, sangriento y bochornoso. Tan cruel como vergonzoso. ¿Cómo es posible que esto siga sucediendo? Es la pregunta que algunos de esos que mandan deberían plantearse. Un país pequeño, retrógrado, arcaico y sobre todo cruel. Una imagen lamentable de unos seres inciviles, dañinos, peligrosos. Por cada lanza que desgarraba a Moscatel más odio hacia Tordesillas, Castilla, España y sobre todo a los que jaleaban semejante barbarie en un acto tan sonrojante. Y a los que lo permiten. Por cada grito en contra tuya, Moscatel, (..., Valentón, Platanito, Afligido, Volante...) miles de almas, y cada vez más, pensando en ti. Mi patria en mis zapatos. Ante esto, "Español" sólo en el carné y por obligación. Y es que este país me da pena en muchos aspectos y un asco terrible en muchos otros (aunque sé que los hay peores). Ser tan claro puede resultar políticamente incorrecto. Lo sé pero no me importa."

Es el discurso de hace unos años y apenas lo modifico. Me reafirmo con la rotundidad del que sabe tener la razón. Hay cosas que no admiten discusión y asesinar salvajemente es una de ellas. Esto va en tu honor, Volante, y para los asesinos que jalearán tu muerte. Esa gentuza que me da auténtico asco, que me hacen sentir mal y que me provocan la mayor de las vergüenzas.