lunes, 23 de noviembre de 2009

Cerrado por derribo

Este bálsamo no cura cicatrices, esta rumbita no sabe enamorar, este rosario de cuentas infelices calla más de lo que dice pero dice la verdad. Este almacén de sábanas que no arden, este teléfono sin contestador, la llamaré mañana, hoy se me hizo tarde, esta forma tan cobarde de no decirnos que no. Este contigo, este sin ti tan amargo, este reloj de arena del arenal, esta huelga de besos, este letargo, estos pantalones largos para el viejo Peter Pan. Esta cómoda sin braguitas de Zara, el tour del Soho desde un rojo autobús, estos ojos que no miden ni comparan ni se olvidan de tu cara ni se acuerdan de tu cruz. No abuses de mi inspiración, no acuses a mi corazón tan maltrecho y ajado que está cerrado por derribo. Por las arrugas de mi voz se filtra la desolación de saber que estos son los últimos versos que te escribo, para decir “condios” a los dos nos sobran los motivos. Esta paya tan lejos de su gitano, este penal del Puerto sin vis a vis, esta guerra civil, este mano a mano, estos moros y cristianos, este muro de Berlín. Este virus que no muere ni nos mata, esta amnesia en el cielo del paladar, la limusina del polvo por Manhattan, el invierno en Mar del Plata, los versos del Capitán. Este hacerse mayor sin delicadeza, esta espalda mojada de moscatel, este valle de fábricas de tristeza, esta espuma de certeza, esta colmena sin miel. Este borrón de sangre y de tinta china, este baño sin rimmel ni nembutal, estos huesos que vuelven de la oficina, dentro de una gabardina con manchas de soledad. No abuses de mi inspiración, no acuses a mi corazón tan maltrecho y ajado que está cerrado por derribo. Por las arrugas de mi voz se filtra la desolación de saber que estos son los últimos versos que te escribo, para decir “condios” a los dos nos sobran los motivos.
Dejo de escribir en el blog. Me cuesta sentarme delante del ordenador para hablar de cualquier cosa que me apetezca, objetivo fundamental del mismo. No es que me haya cansado de él, es simplemente que mi actual estado de ánimo no me incita a sentarme y escribir sobre todas esas cosas que me gustan o preocupan. Y escribir o querer mostrar algo sin motivación no tiene ningún sentido. Lo dejo con el cartel sabinero de "Cerrado por derribo". Seguro que en unas semanas estará de nuevo "abierto y reconstruído", pero a día de hoy esas semanas de descanso forzado me vendrán bien. La vida simplemente es un estado de ánimo. Y cuando ese estado así lo aconseje volveré a dejarme ver por aquí. Pero ahora es mejor que todos esos proyectos pendientes permanezcan en borrador.
Gracias a todos los que alguna vez os habéis dejado caer por aquí. Espero verlos pronto. Mientras tanto, cuídense.
Alberto Bailador Montes

lunes, 9 de noviembre de 2009

Antonio Bailador Heras 13/03/1907 - 06/11/2009

El pasado 6 de Noviembre falleció mi abuelo Antonio. Tenía 102 años. A mi abuelo lo quería mucho y lo mejor es la cantidad de buenos recuerdos que siempre me quedarán de él. Cuando me despertó mi madre, lo primero que hice fue mirar al cielo, fotografiarlo y pensar que allí estaría descansando para siempre.
Un beso enorme Abuelo, te recordaré siempre.